Pueden perder mucho tiempo y esfuerzos si no tienen claro por qué se ha constituido el grupo. Si a un grupo se le da un esbozo vago de su trabajo es fácil que surjan confusiones y disputas. La imprecisión puede entorpecer la tarea y, además, hacer que nadie les ofrezca ayuda.
Estas tres «reglas» les puede ayudar a evitar dificultades:
Al empezar no hay que tener un plan detallado sino una idea clara del problema.
Deben conocer las posibilidades que tiene el grupo.
Piensen en el compromiso de los miembros
Una idea clara, no un plan detallado
Si intentan atraer gente a un grupo o convencer a una comisión para que atienda un problema en particular, tendrán más éxito si entienden el motivo de interés. Por otra parte, si dan la impresión de conocer todas las respuestas, de tener un Gran Plan, tendrán problemas porque:
– a la gente no le gustan los sabihondos. – pueden pensar que si conocen las respuestas, pueden solucionar, solos, el problema. – pueden sentirse incómodos: si conocen las respuestas ¿qué pueden ofrecer ellos? Observen la diferencia entre decir:
– «Estoy preocupado por los niños que al salir de la escuela se quedan jugando en la plaza porque hasta que sus padres salen del trabajo no tienen a donde ir. Temo que si alguien no hace nada para remediarlo pueda haber un accidente”.
– «Los niños no tienen a donde ir al salir de la escuela. Deberíamos insistir en que el Consejo de Distrito haga un centro infantil cerca de la escuela. Tendríamos que ponernos en contacto con el Concejal inmediatamente».
Ésta podría ser la respuesta pero es más probable que consigan ayuda y apoyo si la gente se siente, y está, implicada en la toma de decisiones. Cuando un grupo empieza traten de formular las preguntas correctas antes de dar las respuestas ‘correctas’.
Las posibilidades del grupo
Cuando instan a alguien a formar parte de un grupo, tienen que explicarle el «status» que tiene el grupo. Éste puede ser:
– independiente: que tiene la facultad de tomar decisiones sin consultar a otra gente o a otras asociaciones.
– consultivo: que tiene que informar a otra persona o entidad que puede admitir o desestimar sus opiniones
– de apariencia: que no tiene ningún poder o influencia.
Si el grupo es de apariencia o tiene poco poder (como algunos comités de casas de juventud) los socios potenciales pueden pensar que entrar en él es perder el tiempo o que se puede luchar para conseguir un poder mayor.
El compromiso de los miembros
Los posibles miembros del grupo querrán saber cuánto tiempo tendrán que dedicar al mismo. Intenten ser realistas, no olviden el tiempo que se necesita para hacer cosas fuera de las reuniones. También hay que valorar los «costes»; por ejemplo, tendrán que pagar una cuota y, además, les puede hacer impopulares con otros grupos y con los amigos.
Por lo tanto, la gente responderá mejor si lo que exponen es:
– Claro: intenten plantear las cosas de la manera más concreta y sensata posible.
– Importante: el problema no tiene porque ser demoledor pero sí que tiene que provocar una reacción, la gente debe sentir que vale la pena hacer algo.
– Práctico: convertir una calle principal en un parque de juegos puede parecerles una buena idea pero no atraerá a mucha gente.
– Algo en lo que puede contribuir: eviten hablar de aquellas cosas que parece que ya están tan encarriladas que no necesitan ninguna ayuda. Intenten formular preguntas antes que afirmaciones.
– Útil: el grupo no tiene que servir sólo para el «Show».
– Algo para lo que tiene tiempo: el tiempo y el coste requeridos serán factores importantes.
– Divertido y excitante: deben apelar a la imaginación de la gente. Para continuar en un grupo la gente necesita, además de ayudar, divertirse. Esta diversión es, a menudo, la satisfacción de conseguir algo.